Para empezar, nos colocaremos de pie, con las piernas a la anchura de los hombros. Sin mover los pies, colocaremos las manos en el suelo delante de nuestra cabeza. De un salto, deberemos extender las piernas para quedar en una posición de plancha. En esta posición, tendremos que dar otro salto para separar las piernas, y de nuevo otro salto con el fin de volver a juntarlas. Posteriormente, volviendo a saltar, tendremos que flexionar las piernas hasta la posición inicial. Nos levantaremos por completo y deberemos aprovechar el impulso para dar un salto que nos haga despegar del suelo.
Es importante que coloquemos las manos en una posición natural, aproximadamente a la anchura de los hombros. No obstante, podemos variar un poco el ángulo, si encontramos una posición más cómoda
El movimiento deberá de ser fluido, sin tenernos que parar entre las distintas partes del ejercicio. La curva de aprendizaje del ejercicio es rápida, pero no os preocupéis si las primeras veces que lo hacéis os cuesta adquirir la mecánica de movimiento.
En el suelo, deberemos de hacer fuerza con el abdomen para mantener la espalda recta.